En el vertiginoso mundo de la logística, la eficiencia es la piedra angular de cualquier operación exitosa. Uno de los elementos esenciales para lograrlo es tener en cuenta el diseño y planificación de los almacenes. Estos espacios, cuidadosamente estructurados, no solo optimizan el flujo de mercancías, sino que también reducen costes operativos y aumentan la satisfacción del cliente.

A causa de las cambiantes expectativas de los consumidores, la gestión eficiente de almacenes y centros de distribución se ha convertido en un desafío y una oportunidad sin precedentes para las empresas.

Optimizando el espacio: diseño interior del almacén

Los primeros pasos a dar implican una comprensión profunda del espacio disponible y los productos que se almacenarán, el layout. Este es un plano físico o virtual que muestra la disposición de los elementos y la infraestructura en la superficie total. Aquellas instalaciones más modernas utilizan tecnologías como sistemas de gestión de almacenes (WMS), para analizar datos y cuáles son los patrones de demanda. Esta información se utiliza para determinar cómo organizar el inmueble y facilitar el acceso a los productos más solicitados y así minimizar el tiempo de búsqueda.

Además, se emplean técnicas como el almacenamiento vertical y sistemas automatizados para aprovechar al máximo la altura de la nave. Esto no solo aumenta la capacidad de carga, sino que también reduce la huella física en el espacio, lo que es crucial sobre todo en áreas urbanas donde el espacio es limitado y costoso.

En el diseño de la estructura también entra en juego su ubicación. Incluso para minimizar los costes de transporte y maximizar la accesibilidad a los mercados clave, debe estar estratégicamente situado, considerando su cercanía a carreteras, puertos y ferrocarriles, además de otros nodos logísticos.

Diseño del flujo de trabajo

A la hora de manipular la mercancía, se deben minimizar los movimientos innecesarios y optimizar las rutas de picking y embalaje. Para lograr esto, se utilizan herramientas como análisis del flujo de trabajo y softwares de simulación. Es decir, estos programas plantean diferentes escenarios para identificar el mejor diseño que permitirá movimientos más eficientes de productos, empleados, maquinaria pesada y montacargas.

No obstante, al margen del empleo de la tecnología punta, es imprescindible que haya personal cualificado y capacitado para la ejecución de aquellas tareas donde no precisen la ayuda de otros equipos.

Gracias a sistemas automatizados como los transportadores automáticos, se reduce mucho el tiempo necesario para completar tareas que se repiten. Además, los dispositivos IoT permiten la monitorización en tiempo real de la cadena de suministro, dotándola de una autonomía total, minimizando así los errores humanos y aumentando la seguridad en el lugar de trabajo.

Gestión inteligente del inventario: reduciendo costes y mejorando la precisión

Una gestión de inventario eficaz es esencial para la planificación del almacén. Utilizando algoritmos avanzados y análisis predictivos, las empresas pueden prever la demanda y mantener unos niveles de inventario óptimos, evitando así su obsolescencia.

En esto se basa el cross-docking. Esto no solo reduce los costes asociados al stock, sino que garantiza que los productos estén disponibles cuando los clientes los soliciten.

Sostenibilidad

El estudio “State of Supply Chain Sustaibility 2023”, que cada año publica el Centro de Transporte y Logística del MIT (MIT CTL) junto con el Consejo de Profesionales de Gestión de la Cadena de Suministro (CSCMP), hace un balance de la presión de las cadenas de suministro en los últimos años para conseguir que sean más sostenibles.

En él, algunos expertos sostienen que pensar en alcanzar una sostenibilidad parcial a corto plazo, “es susceptible a sufrir los efectos de perturbaciones, regulaciones gubernamentales, condiciones económicas u otras influencias globales”. Por otro lado, fomentan la cooperación entre socios, ya que comunicar que los objetivos de sostenibilidad son inalcanzables, no es suficiente, pudiendo usar la tecnología para controlar si los índices previstos de desarrollo sostenible se están cumpliendo.

Además de la eficiencia operativa, los almacenes modernos deben cumplir con una serie de normativas y estándares de sostenibilidad. Los sistemas de iluminación y climatización energéticamente eficientes, junto con prácticas de reciclaje y una gestión responsable de los residuos, son cada vez más importantes a la hora de proyectar una nave.

En suma, cada uno de estos elementos respalda la premisa de que el diseño y planificación de almacenes eficientes son elementos cruciales en la inmologística moderna.

Aprovechar al máximo el espacio, implementar tecnología de vanguardia, establecer planes estratégicos flexibles y cumplir con las regulaciones y estándares de sostenibilidad, son claves para el éxito. Gracias a los cuales se consiguen reducir costes, aumentar la precisión en los procesos y adaptación de las empresas a un mercado en constante cambio.

En definitiva, invertir en la proyección y organización de un almacén competitivo propiciará un mejor posicionamiento para prosperar en un entorno logístico cada vez más complejo.