El sector de la logística es uno de los pilares sobre los que se apoya gran parte de la actividad comercial mundial. Su visibilidad ha aumentado en los últimos años y con esta ha crecido paralelamente la demanda de sus servicios. Pero, las exigencias por hacer de su actividad una sostenible y adaptada a los deseos sociales han generado un nuevo reto para el sector.

La necesidad por adquirir más espacio logístico se encuentra en aumento, y más en lugares como España. Según datos de CBRE, el área industrial y logístico concentró el pasado año entre el 12 – 14% de la inversión inmobiliaria total del país.

Viendo cómo, pese a la cantidad de desafíos que afronta diariamente, la cadena de suministro continúa en el foco de inversión, resulta clave adaptar los edificios a las exigencias sociales y medioambientales.

Edificios adaptados

Es en este escenario donde salen a relucir los edificios adaptados a los recursos naturales, una tendencia que comenzó a manifestarse sobre los años 80 y que, en la actualidad, puede ser una de las claves para reducir el impacto medioambiental que deja el sector logístico.

La necesidad de espacio de la que hablamos está generando que, cada vez más, se busquen nuevos emplazamientos para construir. No debemos caer en la quiebra de los ecosistemas, sino que hay que buscar la manera de adaptarse a ellos para poder hacer frente a la demanda de los servicios, a la par que a las necesidades de los espacios en los que se centran.

Estos denominados edificios sostenibles introducen, desde la propia construcción de la nave, la visión medioambiental. Desde el diseño de la infraestructura, haciéndola integrada y adaptada a las necesidades del terreno y ecosistema que le rodea, hasta la estrategia llevada a cabo con los recursos naturales que le rodean, la edificación adaptada a las condiciones de cada área es posible.

En una de las áreas en las que este hecho es más visible es en la reducción de consumo de energía. Los recursos renovables están ahí, y sacar provecho de ellos es una de las ventajas que ofrecen las naves adaptadas. La luz natural, el viento, las lluvias… de todo se puede sacar provecho, la cuestión reside en tener los medios para hacerlo.

Resulta clave, en la búsqueda por una nave sostenible, poner un foco en las certificaciones que tiene. Una de las más populares es la BREEAM, que, desde 1990 asegura la sostenibilidad de los edificios. Que las instalaciones logísticas cuenten con estos certificados resulta imprescindible para poder llevar una actividad sostenible garantizada.

Sistemas de captación de agua

Dentro de todas las posibilidades que ofrecen los edificios adaptados encontramos los sistemas de captación de agua pluvial.  Este método se basa en la instalación de una red de desagües y canalones que, mediante una serie de bajantes acumula una gran cantidad de agua que posteriormente es filtrada y almacenada. Con ésta es posible, por un lado, reducir el uso de agua y por otro, darle una vida útil a un recurso limitado en nuestro planeta.

Esta agua puede ser aprovechada en múltiples ámbitos de la nave. Principalmente, para cuidar el ecosistema que le rodea, almacenando su agua y pudiendo cuidar la naturaleza que rodea la infraestructura.

Sumado a ello, encontramos otros beneficios como su aplicación para las zonas de temperatura regulada, pudiendo ahorrar un gasto aplicado a esta área con la utilización de ésta para termo regular ciertas áreas que lo necesiten.

Pese a que el agua pluvial no sea potable, también se pueden instalar sistemas para potabilizarla, pudiendo hacer uso de ella en un abanico de gran amplitud.

Los edificios adaptados a los recursos naturales son un recurso cada vez más útil en el área de la logística. La creciente demanda de espacio del sector fuerza la necesidad de producir más suelo logístico. Para poder realizarlo de una manera en la que, tanto socialmente como medioambientalmente, se pueda lograr una sinergia entre todas las necesidades, apostar por infraestructuras sostenibles es un acierto.