Inmologística con propósito: cómo reducir el impacto desde el diseño
En un momento de profunda transición hacia modelos económicos más sostenibles, la logística ha dejado de ser un simple engranaje de distribución para convertirse en uno de los sectores con mayor capacidad de influencia en la sostenibilidad urbana e industrial. La demanda de espacios logísticos eficientes y respetuosos con el entorno no solo crece, sino que se vuelve más exigente. La ubicación ya no basta, lo que marca la diferencia es cómo se diseña un edificio desde el primer plano.
El Índice de Confianza Logística 2025 elaborado por CBRE y Logicor muestra cómo España se posiciona como uno de los países europeos donde las exigencias ambientales del sector inmobiliario logístico crecen más rápidamente, presionando a promotores y operadores para integrar de forma real y medible los criterios ESG desde las fases iniciales del desarrollo.
Este cambio de paradigma tiene implicaciones profundas. Ya no se trata solo de incorporar sistemas sostenibles al final de un proyecto, sino de concebir los espacios logísticos como herramientas activas de transformación medioambiental, económica y social.
Diseño que anticipa, no que reacciona
En este nuevo escenario, diseñar con criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) ya no es un valor añadido, sino una exigencia técnica y de mercado. Esto exige replantear cada decisión, desde la configuración volumétrica y los materiales constructivos, hasta la manera en que el edificio se relaciona visual y funcionalmente con su entorno urbano.
Uno de los ejemplos más ambiciosos en este sentido es OAXIS GLP Park Madrid Villaverde, un macroproyecto promovido por GLP en el sur de Madrid, incorporando medidas activas para reducir la huella de carbono desde la construcción.
A esto se suma la obtención de certificaciones como BREEAM Excellent y BREEAM Urbanismo, que aseguran no solo la eficiencia del edificio, sino su integración con el tejido urbano, las infraestructuras de transporte público y su entorno natural, junto al parque forestal Julio Alguacil Gómez.
En el caso anterior, el enfoque ESG se extiende más allá de lo ambiental: en Villaverde se prevé la creación de espacios para el bienestar de los trabajadores, como pistas de running, zonas verdes, senderos peatonales y carriles bici, generando un ecosistema logístico que promueve salud, eficiencia y sostenibilidad de forma simultánea.
Sostenibilidad que se construye capa a capa
Reducir el impacto desde el diseño implica actuar en cada decisión técnica del proceso constructivo. Así lo ha demostrado G-Park Getafe, otra propiedad destacada de GLP en España, que ha logrado la certificación BREEAM Excepcional —la más alta de este sello— con una puntuación del 89,10 %, convirtiéndose en el primer edificio en España en alcanzar este nivel y uno de los cinco mejores de Europa dentro del portfolio de GLP.
Este logro no es fruto de una medida aislada, sino de una estrategia integral: se optimizó el consumo de agua, se priorizó el uso de energías renovables, se mejoró la iluminación natural y se eligieron materiales de bajo impacto ambiental. Cada decisión, desde la elección del tipo de hormigón hasta la orientación del edificio, fue evaluada en función de su impacto en el ciclo de vida del inmueble.
Rentabilidad y reputación, dos caras de una misma estrategia
Para muchos actores del sector logístico, apostar por activos diseñados con criterios ESG supone mucho más que cumplir con una normativa o responder a una tendencia del momento. Se trata, en realidad, de una decisión estratégica con impacto directo en la competitividad, la rentabilidad y la sostenibilidad del negocio a largo plazo.
Las plataformas logísticas que aplican criterios ESG desde el diseño van un paso más allá del cumplimiento normativo. Incorporan eficiencia energética, movilidad eléctrica, digitalización y espacios pensados para el bienestar de los trabajadores. Esto no solo responde a las expectativas de los operadores más exigentes, también mejora la eficiencia operativa, reduce costes y refuerza la resiliencia del activo ante futuras normativas o cambios tecnológicos.
Este enfoque integral reduce el riesgo de obsolescencia, mejora el acceso a financiación verde y permite a las empresas proyectar una imagen coherente con sus compromisos ambientales y sociales. En un entorno donde las cadenas de suministro están cada vez más condicionadas por criterios ESG —tanto por parte de clientes como de inversores—, contar con una infraestructura alineada desde su concepción con estos principios deja de ser un valor añadido para convertirse en un factor diferencial clave.
De tendencia a estándar
En el nuevo escenario logístico, donde la sostenibilidad ha dejado de ser una aspiración para convertirse en un criterio estructural, el diseño adquiere un papel determinante. No se trata solo de construir mejor, sino de pensar los espacios logísticos como parte activa de la transformación económica, social y ambiental.
Los promotores que han interiorizado los principios ESG desde las primeras fases del desarrollo —como GLP— están hoy en una posición estratégica para ofrecer soluciones que combinan eficiencia, responsabilidad y visión de futuro. En una logística que ya no se limita a mover mercancías, sino que aspira a generar impacto positivo, cada decisión de diseño es también una decisión de liderazgo.