La inmologística, el sector de la logística inmobiliaria, juega un rol fundamental en la distribución de productos y el flujo de bienes a nivel global. En un contexto donde la sostenibilidad está en el centro de las estrategias empresariales, la economía circular emerge como un modelo que transforma la forma en que operan las empresas de inmologística. Este enfoque busca reducir el impacto ambiental, optimizar el uso de los recursos y aumentar la vida útil de los activos, generando un círculo virtuoso que beneficia tanto al negocio como al medio ambiente.
Un claro ejemplo es el G-Park Getafe, desarrollado por GLP, que ha obtenido la certificación BREEAM Outstanding gracias a sus destacadas características de sostenibilidad y eficiencia. Entre sus principales atributos se encuentran la reducción de emisiones de CO2 del 93,6%; una eficiencia energética con una reducción del 48% en la demanda energética y del 92,3% en el consumo de energía, gracias a la implementación de una red de paneles fotovoltaicos; y el uso de materiales sostenibles, priorizando el empleo de materiales de construcción con bajas emisiones de compuestos orgánicos volátiles, contribuyendo a un ambiente más limpio y seguro, entre otros..
¿Pero qué es la economía circular y cómo se aplica en la inmologística?
A diferencia del modelo tradicional de economía lineal, que sigue el esquema de «extraer, producir, usar y desechar», la economía circular propone un ciclo cerrado, donde los productos y materiales se mantienen en uso durante el mayor tiempo posible, minimizando los residuos. Este cambio de paradigma tiene implicaciones profundas en la inmologística, desde el diseño y construcción de los inmuebles hasta su operación y mantenimiento.
En el sector inmologístico, la economía circular se traduce en prácticas como el uso de materiales reciclados o reciclables en la construcción de naves logísticas, el aprovechamiento de energías renovables, la optimización de la eficiencia energética, y la reutilización y reconversión de los espacios. La intención es que los edificios no solo sean funcionales, sino que también aporten valor al entorno natural y social.
Materiales sostenibles: clave para la circularidad
La selección de materiales es uno de los pilares de la economía circular. En la inmologística, el uso de materiales sostenibles y reciclables ayuda a reducir la huella de carbono de los edificios y, a largo plazo, reduce los costes operativos. Muchas empresas están optando por utilizar materiales reciclados o de bajo impacto ambiental en la construcción de sus naves. Esto incluye, por ejemplo, el uso de acero reciclado, hormigón de baja emisión o aislamiento ecológico, que contribuyen a reducir el consumo de recursos naturales.
Además, el diseño de estos inmuebles con una visión circular implica planificar desde el inicio cómo serán sus ciclos de vida. Se eligen materiales que puedan ser fácilmente desmontados y reutilizados, de modo que al final de su vida útil, los componentes puedan ser aprovechados en nuevas construcciones o remodelaciones. De este modo, los edificios logísticos pueden ser adaptados y transformados en lugar de ser demolidos, evitando la generación de residuos.
Energía renovable y eficiencia energética: elementos imprescindibles
La economía circular en la inmologística también se apoya en el uso de energías renovables y en la implementación de sistemas de eficiencia energética que reduzcan el consumo de recursos a lo largo del tiempo. Por ejemplo, la instalación de paneles solares en los techos de las naves logísticas permite generar energía limpia y reducir la dependencia de fuentes fósiles, además de disminuir los costes energéticos a largo plazo. Estos sistemas de energía renovable se combinan con tecnologías de gestión inteligente de la energía que optimizan el uso de electricidad, iluminación y climatización, adaptándose a la demanda en tiempo real.
Los edificios construidos bajo los principios de la economía circular también incorporan iluminación LED de bajo consumo, sensores de movimiento y sistemas de control de temperatura inteligentes. Estas tecnologías permiten reducir el consumo energético, disminuyendo los costes operativos y contribuyendo a la sostenibilidad de las operaciones logísticas. En conjunto, estos elementos hacen que las instalaciones logísticas sean más eficientes y reduzcan su impacto ambiental.
Reutilización y revalorización de espacios logísticos
Otro aspecto importante de la economía circular en la inmologística es la reutilización de los espacios y activos. Las necesidades de las empresas pueden cambiar con el tiempo, y las instalaciones logísticas pueden quedarse obsoletas o ser subutilizadas. La economía circular propone que estos espacios se adapten y transformen para darles nuevos usos en lugar de abandonarlos o demolerlos.
Algunas empresas logísticas están transformando almacenes o naves antiguas en centros de distribución urbana o puntos de consolidación de mercancías. Esto no solo permite un uso eficiente de los recursos, sino que también reduce los costes asociados con la construcción de nuevas infraestructuras. Además, la reutilización de estos espacios ayuda a disminuir la presión sobre el entorno natural, ya que evita la necesidad de ocupar nuevos terrenos y reduce la generación de residuos de construcción.
Logística inversa: el retorno de productos y su impacto en la circularidad
La logística inversa, o la gestión del retorno de productos, es otro componente relevante de la economía circular en la inmologística. Este proceso implica recoger, clasificar y reintroducir productos en la cadena de suministro, ya sea para su reutilización, reciclaje o adecuada disposición final. En el contexto de la inmologística, la logística inversa optimiza el uso de recursos al dar una segunda vida a los productos y reducir la cantidad de residuos que terminan en vertederos.
Por ejemplo, los productos defectuosos o dañados pueden ser recolectados y trasladados a centros de reparación o reciclaje en lugar de ser desechados. Esto no solo reduce los costes de disposición de residuos, sino que también ofrece oportunidades de ahorro y nuevos ingresos al aprovechar los materiales o productos recuperados. La logística inversa es, por tanto, una parte integral de la economía circular y contribuye a mejorar la sostenibilidad de las operaciones logísticas.
Digitalización y tecnología: aliados en la transición hacia la economía circular
La tecnología desempeña un rol fundamental en la implementación de la economía circular en la inmologística. A través de herramientas digitales y sistemas de gestión inteligente, las empresas pueden monitorizar y optimizar sus procesos, identificar áreas de mejora y maximizar el uso de los recursos. Los sistemas de gestión de edificios inteligentes, el Internet de las Cosas (IoT) y la inteligencia artificial permiten a las empresas controlar y analizar el consumo de energía, la ocupación de los espacios y el mantenimiento de los activos en tiempo real.
La digitalización también facilita el seguimiento del ciclo de vida de los productos y materiales dentro de la cadena de suministro, ayudando a las empresas a tomar decisiones más informadas sobre el mantenimiento, reparación o reciclaje de los activos. Estas herramientas no solo mejoran la eficiencia operativa, sino que también contribuyen a una mayor transparencia y trazabilidad, que son esenciales para construir una cadena de suministro más sostenible y circular.
Beneficios económicos y ambientales de la economía circular en la inmologística
La adopción de la economía circular en la inmologística ofrece múltiples beneficios tanto para el negocio como para el medio ambiente. Al reducir el consumo de recursos, minimizar los residuos y aprovechar al máximo los activos, las empresas pueden reducir significativamente sus costes operativos. Además, al incorporar prácticas sostenibles en sus operaciones, estas compañías mejoran su reputación y se alinean con las expectativas de un mercado cada vez más consciente de la importancia de la sostenibilidad.
Asimismo, la economía circular contribuye a la resiliencia del sector logístico al reducir la dependencia de recursos finitos y al promover la reutilización de materiales. Este enfoque ayuda a las empresas a adaptarse mejor a las fluctuaciones del mercado y a los cambios en la disponibilidad de recursos, garantizando la continuidad de sus operaciones a largo plazo.
Conclusión
La economía circular es un modelo que ofrece al sector de la inmologística la oportunidad de transformarse y adaptarse a las demandas de sostenibilidad y eficiencia del futuro. Desde el uso de materiales reciclables y la eficiencia energética hasta la digitalización y la logística inversa, cada aspecto de la economía circular contribuye a crear un sector logístico más responsable y rentable. La adopción de este enfoque no solo representa un avance hacia un futuro más sostenible, sino que también posiciona a las empresas de inmologística como líderes en la transición hacia una economía más circular y resiliente.