Poner en funcionamiento inmuebles de última generación de manera rápida y sencilla es la mejor forma de agilizar industrias clave como la logística. En ello reside, precisamente, el éxito del modelo llave en mano.  

Que la logística es uno de los epicentros de la actividad económica global es, ahora más que nunca, una certeza. Sin embargo, su creciente peso en los planes de desarrollo y las estrategias empresariales han tenido un efecto directo sobre la industria del real estate logístico.  

De la mano de la presión soportada por la cadena de suministro, sus industrias satélites, encargadas de ofrecer las infraestructuras y soportes necesarios para su buen funcionamiento, se han visto abocadas a la transformación.  

Así, dirigidos por las nuevas tendencias y necesidades logísticas, en los últimos años el término ‘llave en mano’ ha ido ganando protagonismo.  

¿De qué hablamos cuando hablamos de proyectos llave en mano? 

Los proyectos llave en mano, también conocidos como “turn-key projects”, son acuerdos entre el cliente y la constructora en los que esta última se compromete a gestionar de forma integral todas las fases del proyecto, desde el inicio o la fase preliminar hasta la entrega final del inmueble. 

De esta manera, la promotora adquiere toda la responsabilidad de la correcta terminación del proyecto bajo un contrato y en un plazo de tiempo previamente establecido. Así, evita al cliente la complejidad de coordinar a todos los profesionales que forman parte del proceso de diseño y ejecución del proyecto.  

En resumen, el objetivo de esta metodología es que la empresa sea la encargada de velar por el cumplimiento de todas las etapas independientemente del tamaño, complejidad o alcance del inmueble.  

Las 5 fases de cualquier proyecto llave en mano 

La especialización que requieren este tipo de operaciones en el sector del real estate logístico ha llevado a sus profesionales a identificar una serie de fases o pilares clave sobre los que pivota su ejecución.  

En este sentido, los principales factores que se abordan en los proyectos llave en mano son: el diseño, el plazo de ejecución, el precio y la forma de pago, las garantías de ejecución y la ley que rige el contrato.  

Para abarcar de manera efectiva todos estos requerimientos, la inmologística debe cumplir las siguientes etapas.  

Analizar la necesidad del cliente 

La valoración inicial de las demandas del cliente es el primer y más importante paso. Solo a través de la comunicación con el mismo, del conocimiento profundo de sus características y necesidades, se puede diseñar y ejecutar una nave adaptada a las especificidades de su flujo de mercancías.  

Ello permite a la promotora elaborar un análisis de las necesidades y una propuesta personalizada con la solución de almacenamiento óptima 

Asesoramiento y formalización 

Posterior al análisis, la constructora se comunica con el cliente tras un análisis detallado de la situación, considerando todas las variables técnicas y logísticas – plazos, planificación, calidad -. De esta manera, el cliente podrá evaluar cuidadosamente el proyecto.  

Además, el proveedor debe asesorar al cliente en todos los aspectos relacionados con la ejecución del proyecto, presentarse como un socio de confianza. Una vez establecida una relación basada en la transparencia, el cliente decidirá si procede a la formalización del contrato.  

Diseño y cálculo 

Una vez cerrado el acuerdo, en base a la propuesta presentada, comienza el proceso industrial en el que el equipo de arquitectos e ingenieros diseña y calcula los espacios requeridos en el almacén o centro de distribución.  

Planificación y seguimiento 

Con la aprobación del cuerpo técnico, las siguientes fases del proyecto deben centrarse en la continua supervisión y coordinación. Esta etapa es clave para comprobar que se están cumpliendo los plazos acordados con el cliente.  

Control de calidad 

El control de calidad debe realizarse en todas las fases del proyecto. Este debe garantizarse de conformidad con las normas de los organismos reguladores.  

Los puntos fuertes de las naves llave en mano 

Desde la perspectiva del usuario final de la nave existen múltiples ventajas a tener en cuenta a la hora de valorar esta metodología.  

  • Comunicación: Si bien los proyectos logísticos implican mantener el contacto con múltiples actores, los inmuebles llave en mano aseguran una relación bidireccional entre cliente y promotora, haciendo el proceso más rápido y eficiente.  
  • Costes: el cliente sabe desde el principio el coste total aproximado del proyecto, por lo que no tendrá que preocuparse de sobrecostes o sorpresas al finalizar el proceso.  
  • Trazabilidad: la comunicación directa con la empresa encargada de ejecutar el proyecto del almacén permite que el cliente pueda seguir de primera mano su evolución.  
  • Personalización: los proyectos llave en mano son sinónimo de proyectos a medida. Al ofrecer soluciones diseñadas en función de las necesidades específicas de cada cliente, este sistema lleva la personalización de las naves al siguiente nivel. 
  • Tiempos: como sucede con los costes, los plazos de ejecución quedan fijados en el contrato previo, por lo que se evitan desacuerdos con las partes implicadas.  
  • Soporte: si tras la entrega del proyecto llave en mano surge algún problema de cualquier tipo, el cliente podrá interactuar directamente con el proveedor sin necesidad de contactar o coordinar con diferentes empresas o personal responsable. 

En suma, todas estas características y ventajas posicionan a los proyectos llave en mano entre las tendencias más pujantes de la inmologística. Tanto es así que, como indica CBRE, su peso no ha parado de crecer en ubicaciones estratégicas como Cataluña. No cabe duda, por tanto, que esta tipología de proyectos seguirá ganando peso en el ecosistema del real estate logístico.