Los costes energéticos viven una espiral alcista que, en los últimos dos años, ha supuesto una losa para muchas empresas. Especialmente para aquellas cuya actividad depende de un uso intensivo de electricidad u otras fuentes de energía.

En este contexto, empresas y proveedores se han dado a la tarea de buscar alternativas que reduzcan facturas que, mes tras mes, baten los récords registrados en sus antecesoras.

Ante el desafío planteado por la nueva realidad energética, los diferentes actores del sector inmologístico han recogido el guante, apostando por desarrollos cada vez más sostenibles. Pero no solo desde el punto de vista de la construcción, los materiales y de la generación de residuos.

Hablamos de activos mejor gestionados desde el punto de vista de la eficiencia energética en su operativa diaria y que avanzan a pasos agigantados hacia el autoabastecimiento.

En este sentido, cada vez resulta más común la implementación de soluciones dirigidas al aprovechamiento de aguas, aislamientos cada vez más perfectos, iluminaciones de gran calidad y bajo consumo y, en el terreno energético, el aprovechamiento de la luz solar para la producción de electricidad destinada a dos de los mayores demandantes: las instalaciones y los equipos de manutención.

¿Qué está pasando con la energía?

El mundo en general y Europa en particular se encuentra sumida en una crisis energética en la que los precios del gas natural y la electricidad no paran de alcanzar máximos históricos, en gran parte impulsados por la fuerte caída de las exportaciones rusas. La factura de la electricidad en el primer semestre de 2022 aumentó un 265% en comparación con el mismo período del año pasado. Lo mismo ocurre con el gas, donde la gasolina y el gasóleo han alcanzado cifras superiores a los 2 €/L.

Gran parte de lo que consumimos, ya sean bienes o servicios, requiere de una enorme cantidad de energía para su producción, suministro y transporte. Por lo tanto, la escasez y el encarecimiento de las fuentes energéticas pone un énfasis aún mayor en hacer que los bienes y servicios sean más eficientes y duraderos, reforzando el papel de la economía circular en cualquier estrategia a largo plazo.

Los gobiernos, las instituciones públicas y las empresas privadas no tienen otra opción: la crisis energética y el cambio climático hacen necesario buscar alternativas.

El papel público

Los efectos sobre la sociedad y las economías domésticas han llevado a los países europeos a aprobar un paquete de ayuda tras otro, desde otoño de 2021, para tratar de paliar los daños provocados por esta crisis. Esta medida ya ha supuesto un desembolso total que supera los 500.000 millones de euros en el continente.

En el particular caso de España, hasta el momento el país ha sido el que más medidas ha adoptado frente a la crisis energética, siendo el quinto que más gasto ha designado para paliar la subida de la energía.

En total, el miembro de la UE ha desembolsado 35.500 millones de euros, el equivalente al 2,9% en términos de su PIB.

El papel privado

Desde el punto de vista de la acción empresarial, la mayor cantidad de las iniciativas adoptadas se han dirigido a reducir al mínimo las externalidades negativas derivadas del panorama energético.

El objetivo común, independientemente del campo de actividad, ha sido evitar a toda costa que la situación deje de ser coyuntural y pase a ser estructural, lo que supondría una subida generalizada y permanente de los precios y llevaría al cierre de muchas empresas.

En este sentido, muchos actores se han convertido en el aliado perfecto para que sus clientes puedan afrontar de la mejor manera esta situación, impulsando de forma paralela un paso crítico y necesario: la sostenibilidad.

Compromiso GLP

En GLP estamos comprometidos con hacer de la sostenibilidad, en todo el sentido de la palabra, un elemento central de nuestro negocio. Las personas, el planeta y la economía son los tres pilares que nos acompañan en el desarrollo de esta estrategia de futuro donde, frente a la actual crisis energética, apostamos por:

  • La planificación de escenarios
  • La transparencia y comunicación
  • La eficiencia energética

En relación a este último punto, desde hace años, en GLP nos postulamos como referentes energéticos gracias a la monitorización del uso de la energía en nuestras instalaciones a través de paneles de control, que ayudan a los inquilinos a gestionar de forma proactiva su consumo; además de la optimización del uso de la luz natural gracias a los lucernarios y las placas solares, que permiten mejorar el uso de los recursos y obtener un ahorro significativo de energía y, por ende, frenar el aparentemente imparable encarecimiento de las facturas.