En medio de la creciente preocupación por la economía y los problemas geopolíticos en curso, 2023 promete plantear una serie de circunstancias que, sin duda, darán forma a cada uno de los eslabones de la cadena de suministro, incluyendo al real estate logístico.
El recientemente superado 2022 ha dejado huella. En muchos sentidos, el pasado ejercicio ha supuesto avances en aspectos, sobre todo, tecnológicos. Al Blockchain, la Inteligencia Artificial o la IoT: se han sumado conceptos disruptivos que, en breves, prometen formar parte de nuestro ecosistema, como el metaverso.
Sin embargo, 2022 también ha traído consigo cambios coyunturales profundos. Así, los líderes del sector inmologístico están encontrando en la inestabilidad política y la incertidumbre económica el reemplazo a sus preocupaciones pandémicas.
De esta forma, el sector entra en 2023 priorizando la estabilidad a largo plazo, con un enfoque renovado sobre cómo la industria debe llevar a cabo sus negocios.
¿Qué preocupa a la inmologística en el nuevo año?
Al igual que la mayoría de las empresas, gran parte de la actividad del real estate logístico – por no decir toda – depende de un factor difícil de construir y fácil de perder: la confianza.
En este sentido, la experiencia es un grado, por lo que la mayor parte de los expertos han decidido hacer frente a tres problemas con una misma solución.
PwC una de las firmas de consultoría de las Big Four, encontró que el 91% de los actores de este ecosistema está preocupado por la inflación, seguido muy de cerca por los movimientos de las tasas de interés – con un 89% – y el crecimiento económico europeo – 88% -.
No obstante, aunque la incertidumbre política a nivel mundial, regional y nacional sea motivo de una gran preocupación, todavía existen oportunidades de crecimiento y buen retorno. Sin embargo, la ecuación que daba como resultado un buen negocio ha cambiado.
Desde ya, todos los movimientos deben tener como objetivo preservar los niveles de confianza alcanzados.
El triple impacto: economía, política y medioambiente
Durante la pandemia, los problemas de la cadena de suministro llevaron al aumento del precio de muchos insumos, como la madera. Casi tres años más tarde, los cuellos de botella siguen siendo los protagonistas logísticos, ahora con la presión adicional de los aumentos en los precios de la energía.
Por otro lado, en una economía globalizada, con inversionistas y desarrolladores internacionales construyendo carteras de bienes raíces en múltiples países, ningún país existe aislado. Por ello, la segunda preocupación más importante es la inestabilidad política internacional, así como las turbulencias políticas europeas y nacionales.
Finalmente, para más de 9 de cada 10 expertos inmologísticos, el ESG es la clave. Administrar un negocio ambiental y socialmente sostenible es el factor más importante para una transformación organizacional exitosa en el sector inmobiliario durante los próximos 20 años.
Mirando hacia el futuro
El concepto de ‘sector inmobiliario’ ha evolucionado como pocos en los últimos 20 años. Se ha alejado del ámbito de la oficina, el mercado minorista y la industria para ofrecer catálogos enormemente diversos.
La tecnología avanzada y los hábitos cambiantes de los consumidores han ayudado a difuminar los límites entre los sectores tradicionales, haciendo de la recalibración, la flexibilidad y la adaptabilidad de los espacios un verdadero seguro frente al cambio.
De esta forma, tal y como coinciden los mayores expertos inmologísticos, la solución está en observar, analizar, plantear y actuar frente a las tendencias que modelan de forma directa la forma de trabajar y las necesidades de los inquilinos.
Tres tendencias que darán forma a la inmologística en 2023
Siguiendo esta premisa, es especialmente crítico tener en cuenta tres tendencias que, desde hace años, están dando forma al sector y, de cara a 2023, seguirán siendo clave.
- Digitalización, datos, visibilidad: el cambio progresivo de los métodos manuales a métodos digitales en los procesos de la cadena de suministro continuará. La automatización, la robotización y el poder del dato serán más protagonistas que nunca frente a una realidad en la que la trazabilidad y la visibilidad serán los mayores refuerzos para la confianza del consumidor. Los beneficios potenciales de hacer este cambio incluyen un mayor acceso a los conocimientos a través de la extracción de datos, lo que puede conducir a una mejor toma de decisiones y una mayor visibilidad de la cadena de suministro.
- Reubicación y deslocalización: a medida que la relación entre EE. UU. y China continúa deteriorándose, los fabricantes están reexaminando las estrategias de producción. Cerca del comienzo de la pandemia, el 64% de la industria manufacturera afirmó que era probable que reubicaran la producción y el abastecimiento. A medida que aumentan los costes de envío desde China, esta tendencia debería continuar en 2023.
- Regulación ambiental: impulsadas por las nuevas regulaciones y las demandas de los consumidores, las empresas de logística afrontan una presión significativa para crear prácticas comerciales sostenibles. Ello, tal y como señala la ONU no supone un cambio coyuntural, sino estructural, que todos deben seguir.
En conjunto, todos estos factores, que integran en su definición a cientos de alternativas, serán capaces en 2023 de crear un futuro más ecológico y sostenible sin renunciar a la eficiencia y al crecimiento empresarial.