El aumento de costes que se está viviendo de manera generalizada afecta directamente a ámbitos como el logístico. Las nuevas tecnologías aplicadas a la logística, como la automatización y la robótica, cada vez más extendidas, conllevan un alto consumo de energía en su actividad. Siendo el precio de los carburantes y factura energética cada vez mayor, el sector debe hacer frente a un gran reto.

Factores como el de la sostenibilidad, cada vez más presente en la agenda de las promotoras, incitan a buscar nuevas formas en las que cubrir las necesidades presentes y futuras en torno a las operaciones de la cadena de suministro.

Órganos como la Unión Europea y su Agenda 2030 ya han puesto el foco en dar el paso a lograr unas industrias y comunidades adaptadas a las exigencias sociales y ambientales. Pese a ello, el verdadero paso sigue estando en manos de las empresas. En el área de la logística y la distribución enfocarse en ámbitos como el inmologístico puede ayudar a alcanzar los objetivos a la par que una autonomía energética.

Las cubiertas de las naves, o las marquesinas de aparcamiento aportan la superficie idónea para la instalación de las placas fotovoltaicas. Hasta el punto de que, en muchos casos, dependiendo de las necesidades energéticas del usuario, se podría llegar al autoconsumo

Sacar partido a tus recursos

Apostar por infraestructuras sostenibles es una forma de adaptarse a las necesidades sociales, económicas e institucionales sin perder la operatividad. No sólo por lo necesario que resultará tener un negocio sostenible en el futuro, sino también por las ventajas que aporta poder contar con unas instalaciones autosuficientes.

Un aspecto del que gozan prácticamente todas las naves logísticas es de una amplia cubierta. Sus grandes dimensiones la hacen tener una posición excelente para optar por la instalación de placas solares.

Apostar por el uso de energías renovables es una tendencia en aumento. Lo podemos ver reflejado en datos de la Agencia Internacional de Energía – IEA – la cual dictamina que la capacidad de generar energía a partir de estas fuentes aumentará hasta 2026 en un 50%. Dentro de este dato cabe destacar que el 60% de este crecimiento se dará gracias a la instalación de paneles solares fotovoltaicos.

Representando en 2019, según la Agencia Internacional de las Energías Renovables – IRENA -, tres cuartas partes de la capacidad energética global, apostar por las renovables no genera más que noticias positivas si nos centramos en hacer de nuestra actividad una más adaptable a la comunidad.

Placas solares: beneficios para tu negocio

Pese a que la inversión inicial puede generar dudas, incorporar esta energía a tu negocio resulta clave en varios aspectos. Por un lado, por su reducción de emisiones y disminución de la huella de carbono, generando beneficios para el medio ambiente y la comunidad. Por otro, por la reducción de costes que genera.

Lo inagotable y versátil que resulta esta fuente la hace encontrarse siempre disponible y poder adaptarse a las necesidades de cada lugar. En un escenario como el actual, en el que sucesos internacionales como el conflicto ruso – ucraniano están generando una gran subida de precios, contar con unas instalaciones que se autoabastezcan permite lograr una estabilidad y seguridad muy beneficiosa.

Un problema que puede surgir es a la hora de almacenar altos volúmenes de electricidad. En este caso es recomendable combinar las placas con bancos de energía, de modo que se pueda gozar de la energía obtenida en los momentos que se necesite.

En una sociedad cada vez más consciente de su huella, las empresas son ejes claves en el paso a crear una comunidad más respetuosa con el entorno. Siendo el sector de la logística y el transporte uno de los más contaminantes, incorporar herramientas que ayuden a lograr una reducción de emisiones genera un gran cambio.

Respecto a su sostenibilidad en el futuro, tras ver el gran crecimiento que ha vivido – y continúa viviendo – el sector logístico en nuestra sociedad – cada vez más interconectada – nos hace sentir que el papel de las naves logísticas solo puede ir hacia una dirección. Este auge no hace más que confirmar la necesidad de adaptar las instalaciones a las necesidades sociales, económicas y medioambientales que exige y necesita el mundo.