La seguridad y la prevención de riesgos laborales son dos de los factores que más peso tienen dentro de la logística. Contar con estrategias específicas en esta materia es imprescindible para lograr el control absoluto y la adecuada protección de la información, las mercancías, el medio de transporte y el equipo humano.

Se trata, además, de un sector formado por una amplia variedad de empresas que hacen un importante uso de la tecnología a través dispositivos IoT, aplicaciones en dispositivos móviles o herramientas de tracking, entre otros. Esto, según el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), lleva implícita la gestión de ingentes cantidades de información personal de sus clientes y de la flota de vehículos de la empresa. Lo que también convierte la ciberseguridad en un factor clave.

Medidas de seguridad en los almacenes logísticos

Los almacenes logísticos tienen tanto la necesidad como la obligación de cumplir con una serie de condiciones y características que permitan garantizar la máxima seguridad en sus espacios.

La protección de la plantilla es imprescindible, pero también lo es la salvaguarda de todos los productos y mercancías almacenados y transportados, ya que estos pueden ser frágiles, perecederos e incluso peligrosos para el aire o la salud.

Para evitar cualquier tipo de accidente es necesario cumplir con toda la normativa que sea de aplicación, como la relativa a la prevención de riesgos, la movilidad, la limpieza o la señalización, entre otros. Solo así se podrá proteger plenamente el equipo humano y el resto de elementos que conforman la empresa.

Para amparar a los empleados que desempeñan su labor -tanto dentro como fuera de las instalaciones logísticas- es imprescindible cumplir con las medidas de Prevención de Riesgos Laborales (PRL). Se trata de una tarea clave que no puede ser ignorada por ninguna empresa.

Algunas de las medidas que deben tomarse en términos de prevención de riesgos laborales incluyen aspectos como la buena iluminación de los espacios; el ancho mínimo de los pasillos para la correcta circulación; salidas de emergencia libres de obstáculos; pasos peatonales; inspección de los palets; o colocación de mallas anticaídas; entre muchas otras.

Asimismo, y teniendo en cuenta que el almacenamiento y traslado de mercancías implica la utilización de medios de transporte y maquinaria específicos, se deben tomar todas las medidas de prevención necesarias relativas a los mismos, tales como revisiones; equilibrio de las cargas; o tiempo de descanso; entre otras.

Medidas de ciberseguridad para proteger la información de la empresa

Desde tiempos remotos, la logística ha sido un sector duramente perseguido por los delincuentes, ya que las distintas fases de la cadena de suministro hacen que las empresas queden muy expuestas a lo largo de todo el proceso. De hecho, el número de robos a transportistas, por ejemplo, ha incrementado de forma exponencial en los últimos años

Además de los robos físicos de mercancías, con la llegada de la digitalización han aparecido nuevos métodos delictivos que persiguen, principalmente, el robo de información. No importa el tamaño de la empresa, ya que los ciberdelincuentes pueden atacar a cualquier empresa, de cualquier sector.

Según el informe “Panorama actual de la Ciberseguridad en España”, elaborado por Google, el 60% de las pequeñas y medianas empresas europeas que sufren un ciberataque se ven obligadas a cerrar por dicho motivo.

Teniendo en cuenta que el uso de la tecnología y los distintos softwares y hardwares se ha convertido en algo imprescindible para el buen funcionamiento de los almacenes y de la logística en general, invertir en ciberseguridad es también algo que no puede dejarse a un lado.

En palabras del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), las empresas que conforman el sector de la logística “son un objetivo de los ciberdelincuentes debido a la adopción constante de nuevas tecnologías para adecuar sus sistemas al crecimiento que ha sufrido este sector en los últimos años”.

De esta forma, cuando una empresa de este sector sufre un incidente de seguridad como, por ejemplo, un ataque que reconfigura los dispositivos IoT y cambia sus condiciones de utilización u otros tipos de incidentes -como ataques de phishing-, “las consecuencias pueden suponer pérdidas económicas, reputacionales, materiales y humanas que pueden afectar a la continuidad del negocio”.