El sector inmologístico ha experimentado transformaciones significativas a lo largo de 2024. Desde innovaciones tecnológicas hasta el impacto de los cambios económicos globales, este año nos ha dejado valiosas lecciones que pueden marcar el rumbo de la industria en el futuro. Recapitulamos los aprendizajes más relevantes del año que dejamos atrás para seguir avanzando hacia un modelo más eficiente, sostenible y adaptado a las necesidades del mercado.

Sostenibilidad: una prioridad ineludible

La sostenibilidad ya no es solo un añadido, sino un requisito esencial. En 2024, los actores del sector reforzaron su compromiso con la construcción de inmuebles sostenibles. La integración de certificaciones como BREEAM y LEED se ha convertido en una práctica estándar. Sin embargo, la verdadera lección está en cómo estas prácticas influyen en el posicionamiento competitivo de las empresas.

En este contexto, los edificios logísticos sostenibles no solo cumplen con normativas medioambientales, sino que también reducen costes operativos, mejoran la eficiencia energética y aumentan su atractivo para inquilinos conscientes del medio ambiente.

Flexibilidad en el diseño: respondiendo a la incertidumbre

Otro aprendizaje clave ha sido la necesidad de diseñar espacios flexibles y adaptables. Los clientes buscan instalaciones que puedan ajustarse rápidamente a cambios en la demanda o en las operaciones logísticas.

Por ejemplo, los inmuebles con zonas multiuso o con características que permiten una rápida transformación de espacios han tenido un alto nivel de ocupación, incluso en periodos de inestabilidad económica. Esto demuestra que invertir en diseño adaptable es una estrategia para mitigar riesgos.

Tecnología como motor de cambio

La digitalización continúa siendo un pilar fundamental. El pasado año, muchas empresas inmologísticas implementaron tecnologías avanzadas como gemelos digitales, IoT y sistemas de gestión de edificios (BMS) para mejorar el control y la operativa de sus instalaciones.

La principal lección aquí es que la tecnología no solo aporta eficiencia, sino que permite anticiparse a problemas, optimizar el uso de recursos y ofrecer experiencias personalizadas a los clientes. Además, estas innovaciones posicionan a los desarrolladores como referentes en un mercado altamente competitivo.

Colaboración en la cadena de suministro

La integración entre el sector inmologístico y los operadores logísticos se ha intensificado durante 2024. Los desarrolladores de espacios logísticos han entendido que el éxito de sus clientes también define el suyo propio.

La clave ha sido trabajar juntos desde las primeras etapas de diseño para crear soluciones personalizadas, como inmuebles con características específicas para e-commerce, almacenamiento frío o cross-docking. Esta colaboración refuerza las relaciones a largo plazo y asegura una mayor tasa de ocupación.

Impacto de los tipos de interés en el sector

En un entorno económico marcado por la incertidumbre, el aumento de los tipos de interés ha afectado significativamente al desarrollo de nuevos proyectos inmologísticos. Esto ha llevado a una mayor cautela en las inversiones, priorizando proyectos con un alto retorno de inversión (ROI) y una menor exposición al riesgo.

La lección principal radica en la importancia de evaluar cuidadosamente los riesgos financieros y en la capacidad de adaptar los modelos de negocio a las fluctuaciones económicas. En este sentido, los desarrolladores han recurrido a estrategias como alianzas estratégicas y diversificación de portafolios para mantener la competitividad.

La ubicación sigue siendo el rey

Aunque la tecnología y la sostenibilidad son cruciales, la ubicación de los activos sigue siendo el factor más determinante para su éxito. Las lecciones de 2024 confirman que la proximidad a núcleos urbanos, corredores logísticos y hubs de transporte es fundamental para reducir los costes de última milla y mejorar los tiempos de entrega. Un modelo de cercanía es el de Oaxis Park Madrid Villaverde, ubicado a escasos kilómetros del centro de la capital.

En este ámbito, los desarrolladores que han invertido en localizaciones estratégicas han cosechado mayores beneficios, especialmente en sectores como el e-commerce, donde los tiempos de entrega son un diferenciador clave.

Prepararse para la regulación del futuro

En 2024, las normativas medioambientales y urbanísticas han evolucionado rápidamente, exigiendo a las empresas inmologísticas mantenerse al día con los cambios. Este año ha quedo claro que el cumplimiento normativo no debe verse como una barrera, sino como una oportunidad para diferenciarse.

Adaptarse a la legislación futura requiere un enfoque proactivo, invirtiendo en prácticas y tecnologías que no solo cumplan con los estándares actuales, sino que anticipen las tendencias regulatorias.

La importancia del cliente final

Finalmente, 2024 ha destacado la relevancia de poner al cliente final en el centro de la estrategia. Los desarrolladores que han priorizado soluciones personalizadas y una comunicación abierta han logrado construir relaciones más sólidas.

Comprender las necesidades específicas de cada cliente, desde empresas de transporte hasta minoristas, permite no solo diseñar mejores espacios, sino también ofrecer un valor añadido que fideliza y atrae nuevos inquilinos.

Preparándonos para 2025

El sector inmologístico está en constante evolución, y las lecciones aprendidas en 2024 ofrecen una hoja de ruta para afrontar los retos del próximo año. La sostenibilidad, la flexibilidad, la tecnología y la colaboración serán los pilares que definirán el futuro. En un mercado competitivo, aquellos que sepan adaptarse y adelantarse a las tendencias estarán mejor posicionados para liderar el cambio.

Para 2025, la capacidad de innovar y ofrecer soluciones adaptadas a las necesidades del mercado seguirá siendo el mayor diferencial competitivo. El aprendizaje continuo es, sin duda, el principal motor del éxito.